«Los códigos QR han muerto», «nadie utiliza los códigos QR» o «no sirven para nada» son algunos de los titulares y afirmaciones que muchos hemos leído y escrito en la última década. Esto era antes de la pandemia del covid-19.
Los códigos QR fueron esa tecnología que nunca acabó de despegar porque los consumidores no terminaron de aceptarla ni de ver sus beneficios. Para sorpresa de muchos, una de las consecuencias de la pandemia ha sido el inesperado retorno de estos pequeños mosaicos de apariencia pixelada y de alto contraste.
¿Qué son los códigos QR?
La denominación de estos códigos proviene del inglés Quick Response Code, o «código de respuesta rápida». Se trata de un código bidimensional como el código de barras. Es más, se podría afirmar que es una evolución de éste. Los códigos QR se inventaron en Japón en 1994 y desde entonces han ido aplicándose a muy diferentes sectores y funcionalidades.
El funcionamiento del código QR se basa en la interpretación del mismo por medio de un lector —que actualmente puede ser la cámara de un teléfono móvil—, que nos lleva a, por ejemplo, una URL. Su potencial de uso es casi infinito, ya que podemos aplicar un QR a casi cualquier ámbito.
En ciertas industrias, como la logística, los códigos QR pueden ser un gran aliado para la clasificación y localización de mercancías junto con el clásico código de barras o la tecnología NFC. Sin embargo, ¿qué pasa con su uso por parte del gran público?
Ascenso y caída del código QR
Aunque en países como Japón —donde se inventaron— los Quick Response Codes han sido desde su inicio más o menos populares, en occidente no llegaron a tener un gran uso. Desde el sector del marketing digital se llevó a cabo cierta apuesta por el uso de este tipo de códigos por parte del gran público en un momento en el que los smartphones estaban comenzando a popularizarse y no todos ellos contaban con un lector de códigos QR integrado.
En ocasiones la lectura de un código QR implicaba la descarga e instalación de una aplicación que permitiese leerlos, por lo que el proceso se convertía en algo tedioso para el usuario. El uso y la presencia de los códigos QR fueron apagándose poco a poco hasta que hace casi una década se les dio por obsoletos.
La vuelta del QR con la pandemia del covid-19
Quién nos iba a decir que una de las cosas que traería 2020 sería la vuelta de los Quick Response Codes. Desde el verano se han convertido en los reyes de los bares, que por razones relacionadas con la seguridad sanitaria —antes de que la comunidad científica conociera que el papel no conlleva riesgo— han sustituido sus cartas en papel por su versión digital, accesible a través de este tipo de códigos. De manera sencilla, el cliente puede leer el código QR de la mesa y consultar la carta del establecimiento.
Si hasta la pandemia el código QR era algo poco valioso y nada interesante. La crisis derivada de esta y la nueva normalidad, trajo consigo un asentamiento de los códigos QR como una forma de mantener la seguridad interpersonal en un entorno contactless.
Códigos QR en folletos y catálogos
Sin duda, las cosas han cambiado y una de las consecuencias de la inesperada popularización de los códigos QR es que la población en general se ha acostumbrado a utilizarlos.
Desde el punto de vista de la publicidad, se abre todo un abanico de posibilidades a la hora de poner en marcha campañas de marketing híbrido o campañas transmedia, que combinen el formato offline como los folletos y catálogos con el online. En combinación con el llamado efecto drive-to-web de los folletos, posibilita la comunicación de ofertas especiales, lanzamientos, campañas de atracción de tráfico al ecommerce, geolocalización de puntos de venta, etc.
Códigos QR para la atención al cliente
Desde la perspectiva de la obtención de datos de los consumidores, marcas y empresas ven los códigos QR como una puerta para obtener información valiosa de los consumidores y analizar a fondo su actividad. Los QR nos facilitan la analítica, tracking y segmentado de audiencias, aportando más datos sobre consumidores y flujos de información.
Otro punto a su favor es que permiten a las empresas mejorar sus procesos de atención al cliente, llevándolos hacia una mejora integral del servicio. Concretamente, en el sector de la hostelería, la utilización de códigos QR eliminan la necesidad de que el personal tenga que dedicar tiempo a atender las comandas. Sin contar el potencial de los códigos QR para hacer de la experiencia de cliente algo más personalizado, único y segmentado, con todos los beneficios que esto supone para las marcas.
Códigos QR personalizados
¿Sabías que tú mismo puedes crear un código QR? Es una tecnología sencilla de usar. Hay varias opciones para crear un código QR gratis y totalmente personalizado.
Existen los generadores de código en formato extensión de Google Chrome con los que puedes crear un código QR en cuestión de segundos. Por otro lado, están las páginas web para generar códigos QR con las que podrás personalizar los códigos QR para darle un estilo diferente, siempre respetando los elementos propios que permiten la descodificación y su uso posterior. También puedes encontrar empresas que te ofrecen un servicio más personalizado y completo, para crear códigos QR con información más compleja.
Los códigos QR han llegado para quedarse y sus múltiples aplicaciones están aún por desarrollarse. ¿Crees que tu negocio necesita un código QR? No lo dudes y prueba a hacerte uno. Te sorprenderá la aceptación que tendrá por parte de los clientes.
